Estoy cansado de escuchar la importancia de nuestra "Carta Magna", aquella por la que nuestros ilustres políticos se desgarra las vestiduras, pero que no respeta ningún político y menos sus subordinados, que se salta el Rey, el presidente del gobierno, los ministros, los presidentes autónomos, los alcaldes, los ediles y las personadas de a pie amigos de los anteriores, el resto que no se pasen que no hay `pa tos`.
Que lástima, luchar, esforzarse, apretarse el cinturón, intentar ser mejores que el resto, trabar más horas y mejor que el resto, etc, para que después un hijo de puta de político salga en televisión diciendo que estamos a la cola de cualquier estupidez. Eso si yo cuando termine de patear a los míos me largo a Bruselas y a seguir chupando del bote, a lo hecho, ni pecho ni nada, que se jodan y aguanten, yo a lo mio, chupo y chupo.
Yo no cambiaría la Constitución, simplemente obligaría a cumplirla, cuantas cosas cambiarían, cuantos cabrones estarían en la carcel.
miércoles, 3 de junio de 2015
La mentira de los político
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