Nos tenemos que felicitar cuando una ordenanza de una población que
se utiliza para modificar los derechos que leyes superiores otorgan a la
ciudadanía es retirada y anulada; es el caso de O Grove
que retira su ordenanza de prohibir el nudismo en sus playas. Aún
quedan otros casos sangrantes como Barcelona o Cádiz; también quedarán
de momento pendientes los excesos que algunos agentes del orden han
cometido, inflamados por su afán de mantener la "dignidad de las
personas", aunque sean viejas reliquias de un régimen anterior.
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